Hubo un tiempo en que los videojuegos eran poco más que un pasatiempo. Para muchos, de hecho, lo sigue siendo. Y es que todo comenzó -tal vez muchos lo recuerden- como una suerte de homenaje al deporte tradicional. En efecto, algunos de los primeros títulos de los cuales el público pudo disfrutar eran un reflejo de la realidad deportiva. Buen ejemplo de ello fue aquel curioso caso de un conglomerado de píxeles que tenían por objeto emular la emoción de un partido de tenis. Era tan solo el comienzo.
Sea como fuere, aquello no era más que una protoversión de la industria del videojuego y los «esports». Aún no existía nada parecido. Era un mero reflejo. Fueron necesarios muchísimos años para que el cambio pasase de ser una idea a una realidad. Y no fue cosa de una mente brillante, un joven entusiasta o una empresa atrevida. El nacimiento de los llamados deportes electrónicos fue un mero cúmulo de circunstancias; el auge de la tecnología quiso traer consigo nuevas formas de entretenimiento. El cambio generacional y el nacimiento de medios alternativos fue clave.
El comienzo de algo muy grande
Durante mucho tiempo se consideró que aquel fue el primer torneo de ‘esports’ de la historia. No obstante, fue un simple aperitivo; a día de hoy es poco más que un sentido homenaje a los primeros jugadores. El devenir de los tiempos ha provocado que, difícilmente, un torneo de amigos sea considerado un deporte electrónico o un deporte. Porque los ‘esports’ son mucho más. Tal vez sea el precursor, pero se ha quedado muy corto. Así pues, no sería hasta el año 1980 cuando se celebraría el primer gran torneo -oficial y registrado- de la historia de los videojuegos.
En esta ocasión habría detrás una gran empresa: Atari, una de las desarrolladoras más importantes de su época. Habiendo escogido ‘Space Invaders’ como buque insignia de la competición, congregó a cientos de jugadores por todo Estados Unidos. Era una estrategia de marketing que buscaba catapultar la popularidad de su nuevo proyecto… Y vaya que sí lo hizo. Fue un verdadero éxito. Los jugadores se batieron en duelo en toda clase de clasificatorios regionales buscando acceder a la fase final. Los elegidos fueron unos pocos, aunque siempre quedará en la memoria el nombre de Rebecca Heineman.
Más pronto que tarde se convertiría en una figura para varias generaciones. Su situación era, como poco, muy complicada: sus padres no comprendían (algo lógico si tenemos en cuenta la situación por aquel entonces) que se desviviese de aquella manera por los videojuegos. Aparte, hubo quienes la criticaron por su condición de género. Aquello quedó atrás. Fue nuestra primera gran campeona y hoy día sigue siendo un ejemplo para todos, tanto por ejercer como asesora del Museo de Historia de los Videojuegos como formar parte del consejo administrativo de la organización LGBTQ+ GLAAD.
El nacimiento del verdadero rey: League of Legends
Año 2009. Brandon «Ryze» Beck y Marc «Tryndamere» Merrill se asocian con Steve «Guinsoo» Freak y dan origen a ‘League of Legends’ tras varios años de trabajo. Y entonces todo cambia. Aprovechando las herramientas de ‘DOTA’, un videojuego del género MOBA, crean una nueva experiencia que terminaría por cambiarlo todo. Con ‘League of Legends’ cambió todo, desde el concepto de deporte electrónico hasta el de deportista pasando por los salarios, los premios, el reconocimiento social, la aceptación del público y la repercusión. Más pronto que tarde pasó de ser un juego más a convertirse en un verdadero fenómeno de masas.
Destrozó toda previsión habida y por haber en cuanto a jugadores simultáneos, comunidad, premios, relevancia en las redes, etc. Era el nacimiento del deporte rey. Al igual que el fútbol en España o el fútbol americano en Estados Unidos, ‘League of Legends’ se convirtió en el deporte electrónico más seguido y jugado… pero del mundo. Seguido muy de cerca de otros grandes lanzamientos como ‘Fortnite’, ‘Call of Duty’ o ‘FIFA’, no permitió que nada ni nadie superase sus cifras una vez se hubo asentado en el trono. Y ahí sigue, a día de hoy, gobernando con puño de hierro en guante de seda… Y eso que ‘DOTA’ lo ha intentado con varios de los premios más grandes de la industria. Sea como fuere, pocos discuten la importancia del ‘LoL’. Y el resto ya es historia, pero eso os lo contaremos en otra ocasión.